13 de mayo de 2012

Mis pequeñas rarezas

Suelo percibir las pequeñas rarezas de la vida... los pequeños detalles, las Ironias, como los anillos de compromiso en una casa de empeño o los vestidos de boda sin usar que se venden rebajados en las tiendas de segunda mano. O la mujer gorda que esta en la cola del supermercado, con una tarrina de chocolate de dos kilos en el carrito, a la que se le cae el carné del club de "Control de peso" mientras busca la tarjeta de crédito.
Son las pequeñas cosas las que nos indican como son en realidad las personas: esperanzadas, desesperadas, frágiles e inseguras. Las personas no cambian, no aprenden. Saben que los matrimonios fracasan a menudo, pero, aún así, asumen el riesgo porque siempre cabe la posibilidad de que a ellos les vaya bien. Prometen cambiar, dietas, estilo de vida, vicios; pero una semana después van al supermercado a aprovisionarse de comida-consuelo alta en calorías y se pasan la noche mirando entre sollozos una peli de Meg Ryan y Tom Hanks. Por eso se que soy extraña. Yo no me guió por las mismas normas, no baso mi felicidad en los demás, no desperdicio el tiempo en falsas esperanzas y de ese modo, no esperando mucho, siempre me siento agradablemente sorprendida, carezco de cualidades que permiten a los demás creer en cosas ilusorias e intangibles como Dios o la paz mundial.
Me gusta lo inevitable e irremediable. Las cosas que van a ocurrir quieras o no, las cosas con las que siempre puedes contar, como la muerte o los impuestos.
Soy como una extraña que mira desde fuera. Me gusta que sea así. Se cual es mi lugar en el mundo: estar fuera de el.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

♥Con cada comentario me haces un poco más feliz♥