13 de octubre de 2012

 ¿Por qué? ¿Quieres saber por qué?

Entra en una cabina bronceadora y fríete durante dos o tres días. Cuando las ampollas de tu piel hayan estallado y te hayas descamado, retuércete en sal gorda y después ponte ropa interior cosida con hilo de cristal y alambre de cuchillas. Vístete con tu ropa habitual, siempre y cuando te vaya estrecha.
Fuma pólvora y ve al instituto, para brincar entre aros, siéntate y suplica, cumple las órdenes. Escucha los murmullos que se cuelan en tu cabeza por la noche, llamándote fea y gorda y estúpida y puta y zorra y lo peor de todo, “una decepción”. Vomitas y te mueres de hambre y te cortas y bebes porque necesitas un anestésico y eso funciona. Durante un rato. Pero entonces el anestésico se convierte en veneno y para entonces ya es demasiado tarde porque ya estás colocada hasta el alma. Te está pudriendo por dentro pero no puedes parar.
Te miras en el espejo y sólo ves un fantasma. Oyes gritar a cada latido de tu corazón y todo-absolutamente-todo está mal.

“¿Por qué?”, no es la pregunta correcta.

Pregúntate, “¿Por qué no?”

                                                                                                                  Frío. Laurie Halse Anderson.

4 comentarios:

  1. Todo por lo que pasamos incluso lo que consideramos injusto, nos sirve para ser más fuertes;sin esos momentos de desesperación no podríamos apreciar los de tranquilidad.

    ResponderEliminar
  2. Un texto duro, muy duro; pero la gente merece leerlo. Y es que hay mucha perfección en este mundo y debemos de intentar que desaparezca una sociedad como en la que vivimos, porque solo nos está haciendo daño.
    un beso

    ResponderEliminar

  3. Q texto duro... te estas pudierndo por dentro y no puedes parar...a veces pienso si no puedo o no quiero.

    Beso

    ResponderEliminar

♥Con cada comentario me haces un poco más feliz♥